ESCUCHA A TU CUERPO
Cinco beneficios de correr SIN música
En ocasiones, un uso excesivo de la tecnología nos atonta tanto que no llegamos a ser conscientes de las bondades que nos aporta practicar deporte como antaño.
El avance de la tecnología nos hace la vida más fácil en muchos aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, a veces abusamos de tal manera o hacemos tan mal uso de ella que se acaba volviendo contraproducente, aislándonos cada vez un poquito más del resto de seres humanos.
Con este post pretendemos que te pares a reflexionar un momento y pruebes de vez en cuando a salir a correr sin música. Aunque no te lo creas, te sorprenderán los múltiples beneficios que conlleva practicar running con los oídos bien abiertos.
Seguridad
Una de las principales razones para salir a correr sin unos auriculares puestos en las orejas es el concerniente al tema de la seguridad física. No cabe duda que practicar running escuchando tu playlist favorito ayuda a combatir el esfuerzo físico durante la sesión de entrenamiento, pero también es más fácil que te distraigas y puede ponerte en peligro mientras correr por los parques o las calles de tu ciudad. Otros runners, peatones o mascotas son algunos de los ‘obstáculos’ que se cruzan constantemente en tu recorrido. Si vas escuchando música es muy probable que no puedes oír cualquier aviso, advertencia o ruido. Ir sin auriculares te hará reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto y te ahorrará más de un disgusto.
Un rato para pensar
El ajetreado ritmo de vida que llevamos nos impide muchas veces pararnos a reflexionar acerca de lo que acontece cada día. Por ello, ese tiempo que dedicas a correr –sin canciones que te distraigan- es ideal para ‘pararte’ a pensar. Las endorfinas que libera tu cuerpo cuando practicas deporte ayudan a que tu mente se sienta más despejada para poder reflexionar con una mayor fluidez y tomar mejores decisiones.
Escucha a tu cuerpo
Otro de los hándicaps de practicar running con música es que implica una mayor dificultad para poder apreciar, sentir o escuchar las sensaciones o sonidos que transmite tu cuerpo mientras das zancadas. Un pequeño detalle como no llevar unos cascos te hará darte cuenta del estado físico de tu cuerpo en todo momento. Salir a correr sin unos auriculares en los oídos te permitirá ser más consciente del ritmo y la respiración que llevas.
Control del ritmo
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los runners estriba en la dificultad a la hora de controlar el ritmo cuando salen a correr solos y/o sin la ayuda de un pulsómetro que les indique qué velocidad llevan. Y precisamente, la música no es el mejor aliado para los corredores noveles. Aunque no te des cuenta, la melodía de las canciones influye directamente cuando corres, haciendo que subas o bajes tu ritmo de carrera casi sin percatarte. Por ello, si tu objetivo es mantener el control y un ritmo constante en la sesión de entrenamiento, prescinde de la música y déjala para otro momento.
Socializar
Salir a correr acompañado de vez en cuando, no hace mal a ningún runner. Más bien todo lo contrario. Por una vez, prueba a dejar tu smartphone o reproductor de mp3 en el cajón y llama a algún amigo o amiga para practicar running juntos. Además de socializar con otros seres humanos, ir hablando con otra persona te ayudará a controlar el ritmo de carrera. Si puedes mantener una conversación, fenomenal; si por el contrario te ahogas conversando, deberás levantar el pie del acelerador e ir un poco más despacio.