AÚN ASÍ, NO TENGAS MIEDO A SALIR A CORRER

Las 15 pesadillas de un corredor popular: Retortijones, bordillos o botellas vacías

Llegar tarde a un examen. Salir a la calle desnudo. Tratar de escapar sin lograr que tus pies se levanten del suelo… Que se te caigan todos los dientes. Tener entradas para un concierto y no encontrar la puerta de entrada al recinto... Hay pesadillas que nos hacen despertarnos sobresaltados para descubrir aliviados que tan solo se trataba de un mal sueño. Pero, ¿cuáles son las pesadillas de un runner  popular en el día de una carrera?

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Corredores sobre el asfalto | Getty Images

1.- Experimentar dolores extraños en lugares claves que amenazan con amargarnos la mañana.

2.- Minutos antes de la salida, visitar los baños portátiles conteniendo la respiración y con el firme propósito de no mirar al fondo del agujero negro del retrete pero... ¡hacerlo!

3.- Quedar con tus compañeros del trabajo para correr juntos… y no encontrar a nadie. O volver a casa juntos en coche… y no encontrarlos.

4.- Serpentear en busca del hueco que te permita huir del embudo de la salida, rodeado por una nube de codazos y zancadillas involuntarias.

5.- Notar que te has pasado con el desayuno. Que tomar zumo no fue una buena idea y que quizá podrías haber prescindido de la leche. O notar que te has quedado corto con el desayuno. Que las piernas no responden y que la ‘pájara´ amenaza con jugártela.

6.- Romper a sudar demasiado pronto y darte cuenta de que te sobra ropa.

7.- Averiguar que correr con una camiseta nueva no es una buena idea y menos aún estrenar zapatillas.

8.- Echar de menos esa braga que tan bien protege tu maltrecha garganta.

9.- Medir mal tus fuerzas. No saber dosificarse y llegar desfondado a la mitad de la carrera.

10.- Experimentar esa irrefrenable llamada de la naturaleza en forma de retortijón sin atisbo de escondite donde dar rienda suelta a tan acuciante necesidad.

11.- Hablar, hablar y hablar sin parar hasta que el flato te la juega, dejándote doblado.

12.- Acelerar sin control en las pendientes sin recordar que todo lo que baja… también suele subir… y morir en las cuestas.

13.- Esquivar las botellas de agua vacías que arrojan contra el asfalto los corredores sin pegártela en el intento.

14.- Evitar la tentación de subir y bajar los bordillos para intentar adelantar, poniendo en riesgo la integridad de tus tobillos.

15.- Descubrir que los últimos kilómetros de la carrera son cuesta arriba para más gloria de los ‘finishers’.

Gema G. Marcos | @gemagmarcos | Madrid
| 23/11/2014

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